Por supuesto, el éxito de la prueba no ha tardado en suscitar controversias. Algunos expertos han tachado de “exagerado” el anuncio de los organizadores del evento, alegando que los programadores “utilizaron el sentido del humor” y la edad del personaje para que Eugene pudiera confundir a sus examinadores y ocultar sus tendencias no humanas.
Pero no fue hasta el pasado sábado, 7 de junio, cuando logró por fin superar el reto. Una fecha que, por cierto, coincide con el sesenta aniversario de la muerte de Alan Turing.
En la prueba participaron cinco “bots” y 30 jueces, cada uno de los cuales tomó parte en cinco conversaciones simultáneas de texto, cada una de ellas entre uno de los cinco ordenadores participantes y un ser humano real. Al final de la prueba, el 33 por ciento de los examinadores (un 3 por ciento más de lo estipulado por Turing) acabó convencido de que Eugene Goostman era realmente un adolescente de 13 años.